Juan 10:10
10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Salmos 118: 8 Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el *hombre.
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Hace un año de lo que les voy a contar.
10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Salmos 118: 8 Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el *hombre.
Conocí a un señor que el grupo de amistades le tenían mucho cariño y pena porque no estaba bien de situación económica.
Por supuesto que él se daba a querer con todos, tanto es así que cualquiera pudiera caer en la trampa por su forma de ser. Cantaba y nos encantaba escucharlo por la gracia que tenía al hacerlo. Todas las mujeres derretidas al escuchar las canciones en su voz privilegiada. Pasó lo inesperado, que su carro fue pérdida total en un accidente estando parqueado en la calle. Todas su pertenencias por el choque fueron dañadas. Las cosas se le guardaron y por eso nos dimos cuenta que dormía en el carro al tener zapatos, un maletín y una guitarra (que se rompió). Y en ocasiones se le dijo que por favor se llevara todo ya que no hay espacio aquí. Dijo que no, pero en una de las veces que vino anteriormente ya se había robado las dos bolsas plasticas de la casa con cosas personales, recibos, un titulo de carro, etc. No lo podía creer que nos engañó como a unos niños. Por eso cuando le dije de recoger lo suyo, hizo un gesto con su cuerpo hacia atrás porque no quería llevarse nada. Insistí, y me decía que no, otro día me lo llevo. Y era para que uno no viera que se llevaba las bolsitas en el carro rentado.
Cuando las amistades se enteraron del robo que nos hizo, se quedaron atónitos, se sintieron engañados. Con la pena que sentíamos todos por él, antes que sucediera lo inesperado. A lo mejor está enfermo. Que Dios lo perdone, por mi parte yo lo perdono!.
Desconcertante para mí, porque yo decía,:-nos robo el corazón.
Por eso no debemos poner la confíanza en hombre alguno.
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