Me llamaron, yo la más sensible, la menos indicada teniendo que decidir una dura realidad.
Para después verme en la misma situación con la diferencia que era para las decisiones de mi querido hijo😢, mantenerlo cómodo por unos pocos días. Llegué hasta el punto de cuestionar el día de su deceso para no olvidarme de la fecha. El Señor en su misericordia infinita me lo concedió.
Como madre hice lo que debía hacer que su alma descansara en paz.
He presenciado cosas horribles que no hubiese querido haber estado, pero Dios lo pone a uno a prueba por algo en el futuro, que nuestra semejanza a Él nos lleva a ser el apoyo de los demás para asistir, consolar. Rezar en ése momento tan crucial.
En el instante que fue desconectado el moribundo ya a escasos minutos escuché la conversación tediosa de que: - 'Hay que llamar al abogado'.
Señores si me voy a volver millonari@o a base del sufrimiento de un herman@o, el fallecimiento 🍂 de un familiar, no quiero ése dinero. No es ni de pensar. Qué respeto hacia el fallecido y al doliente?.
Doloroso escuchar tanta bajeza porque la tristeza y el llanto lo abarcan todo.
No se preguntan que está correcto y que no está correcto hablar.
Queridos amig@os a los que partieron de éste mundo, hay que dejarlos ir que algún día nos reuniremos cada uno en el cielo en la morada santa que Él nos tiene destinado en el cielo de eterna gloria.
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