Conversación con Jesús/Novena

CONVERSACIÓN CON JESÚS POR NUEVE DIAS.

+Jesús mío, en ti deposito toda mi confianza. Tú sabes todo, padre Señor del Universo.

Eres el rey de los reyes. Tú qué hiciste al paralítico caminar, al muerto vivir, al leproso sanar. Tú que ves mis angustias y mis lágrimas bien sabes divino amigo como necesito alcanzar de ti esa gracia (se pide la gracia de fe).

Mi conversación contigo me llena de ánimo y alegría para vivir. Solo de ti espero con Fe y confianza (se pide la gracia de fe).

Haz divino amigo Jesús, que antes de terminar esta conversación que tendré contigo durante nueves días, alcance esta gracia que pido con mucha Fe. Amen

 Como gratificación mandaré a imprimir cien oraciones para que otras personas que necesiten tanto de ti como yo en este momento aprendan a tener confianza en tu divina misericordia, dejaré las oraciones en la iglesia para divulgarlas e ilumina mis pasos así como el sol ilumina todos los días el amanecer y atestigua nuestra conversación.

JESUCRISTO MI CONFIANZA EN TI CADA VEZ AUMENTARE MI FE

Nota: Siempre les dejo una nota aquí, de lo que creo a mi juicio. Respetando siempre las opiniones ajenas. Abra una página de la Biblia al azar y leela, o busque otra página según convenga, medite lo que Dios le habla en las escrituras. Otra alternativa es que aquí les dejo la Palabra de Dios, según los profetas, un salmo, etc. Las promesas se cumplen tan pronto se concedan las peticiones. Siempre el agradecimiento a Jesús, que es todo amor misericordioso. Puede hacer, no necesariamente las 100 copias. Haga copias de las cantidades que pueda, como si son 10 las únicas que pueda ofrecer. O haga la oración solamente, sin tener que imprimir copias. Una oración debe ser espontánea, no esforzada, sin compromiso alguno (por lo de la repartición de copias).

Cuando termine se le da GRACIAS a Dios, a la Virgen María (advocación de su preferencia) a sus Ángeles, y a sus Santos. 

La ORACIÓN se hace con fe, se interioriza. Sentirá que nos seduce la llama ardiente del amor, de la Santisima Trinidad, la Madre de Dios Santisima Virgen María. Por una fe viva únicamente somos inspirados por medio del Espíritu Santo. No hay tal mal oración escrita cuando Dios está con nosotros.

Al igual que al cantar, se está rezando dos veces.

Aunque el mundo es pequeño, nos hacemos notar, dirigiendo nuestras oraciones al cielo. Que son escuchadas por los Ángeles mensajeros, y llevadas a Dios, Él las escucha y las analiza al instante. Llegando las peticiones tan rápido, creo al mismo instante que se pronuncian.